jueves, 1 de febrero de 2018

Carlos Velasco arqueólogo nos habla de la Almoloya

Ir a la Almoloya (Pliego) de la mano de 2 grandes arqueólogos Carlos Velasco, el entrevistado, y Eva Celdrán es un regalo que solo pasa una vez en la vida, quedamos en un punto donde los aventureros estábamos dispuestos a vivir una experiencia única. El grupo era numeroso, y los arqueólogos fueron pacientes y encantadores relatando viejas historias . Carlos Velasco Felipe es Arqueólogo e investigador del "Proyecto Bastida" de la Universidad Autónoma de Barcelona y co-director de las excavaciones en La Almoloya. 1-¿Qué es la cultura del Argar?

La cultura o sociedad de El Argar inaugura la edad del bronce en el área suroriental de la Península Ibérica. Cronológicamente inicia su desarrollo hacia el 2.200 ANE, alcanzando su apogeo en torno a 1.750 ANE y colapsando alrededor de 1.550 ANE. Siendo muy sintético, sus principales aportaciones fueron:

1.- La creación de una sociedad desigual, de dominantes y dominados, donde una minoría se yergue como la élite que consolida su estatus por medio de una violencia, por primera vez, institucionalizada. Un nuevo orden donde unos pocos fuerzan a la mayoría a un sistema de producción especializado, en busca del excedente que constituye la base material de su hegemonía.

2.- La aportación de la poliorcética, término de origen griego que significa «arte de atacar y defender las plazas fuertes». Una estructura defensiva como la fortificación hallada en La Bastida (Totana), por ejemplo, constituye, por ahora, la primera manifestación de arquitectura estrictamente militar conocida en el occidente europeo. Su fundación se data, precisamente, en 2.200 cal ANE y se acompaña de la aparición de las primeras armas de combate, diseñadas exclusivamente para el sometimiento de otras personas: las alabardas.

3.- Un ritual funerario caracterizado por las inhumaciones individuales, dobles y, raramente, triples, en el interior de los propios asentamientos. Algo que sólo ocurría en algunos pueblos del levante mediterráneo. Tumbas que podían ser en fosa, cista, urna o covacha y donde se distinguía el estatus social del individuo por medio del ajuar. En este contexto, las estructuras de hábitat, que también son talleres de producción, se emplean, esporádicamente, como lugar de entierro.

4.- Un patrón de asentamiento que configura los primeros ejemplos urbanismo. Véase el caso de la última fase de ocupación de La Almoloya, en Pliego. Una imagen aérea del lugar disipa cualquier duda acerca de si hay o no planificación urbana y ordenación del espacio.


2- En qué zona se desarrolló?


El área nuclear de El Argar se expandió durante el que podríamos denominar periodo formativo argárico, esto es entre 2.200 y 1.900 ANE, en tierras de las actuales provincias de Almería, Murcia y sur de Alicante. Concretamente abarcaron una franja entre la cuenca Vera, donde se ubica, entre otros, el yacimiento epónimo de El Argar, excavado a finales del siglo XIX por los hermanos Siret, en el término municipal de Antas, y la desembocadura del Almanzora hasta el curso bajo del Segura y del Vinalopó. Se fundarían también en estas primeras fechas asentamientos como El Oficio y Fuente Álamo (Cuevas de Almanzora, Almería), La Bastida (Totana, Murcia) o La Almoloya (Pliego, Murcia) Hacia 1.650 ANE alcanzan su máxima expansión llegando a abarcar un área de unos 33.000 km2, ocupando las actuales provincias de Almería, Murcia, Granada, Jaén, el sur de Alicante y parte de Ciudad Real. De entre los yacimientos más occidentales cabría destacar el Cerro de La Encantada (Granátula de Calatrava, Ciudad Real), Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén), Cerro de la Encina (Monachil, Granada). Es impresionante ver, a medida que avanza la investigación, el riguroso control que esa recién aparecida clase dominante ejercía sobre el territorio y sus recursos para garantizar un máximo rendimiento productivo.


3- Por qué es tan importante la Almoloya?


El yacimiento de La Almoloya, al norte del P.R. de Sierra Espuña, se emplaza sobre un promontorio rocoso desde donde se divisa una décima parte de la Región de Murcia. Hay tres asentamientos superpuestos en un espacio de unos 3.000 m2. El primero, sorprendentemente, fue fundado en torno a 2.200 ANE, siendo del periodo de gestación de este nuevo mundo.
Tanto de este momento como de la ocupación posterior apenas conocemos unas pinceladas gracias a algunos sondeos puntuales en el subsuelo de los ámbitos de la fase final y a la excavación de algunos sectores que, afectados por expolios o por roturaciones agrarias, apenas preservaban restos de la fase reciente. La monumentalidad de La Almoloya se hace patente en el urbanismo de su fase final (1.750 - 1.550 ANE).

Una densa trama de manzanas o complejos habitacionales que se articula por medio de angostas callejuelas o pasillos en los que difícilmente pudieron haberse cruzado dos personas circulando en direcciones opuestas. De este momento último hemos excavado cerca del 80% de su extensión. Asombra ver la perfecta retícula y la densa urbanización de la meseta desde el aire. En un par de ocasiones he tenido el privilegio de sobrevolar el yacimiento en un ultraligero y es algo que no te deja indiferente.

De hecho, siempre he creído que sería un entorno ideal para el empleo turístico de globos aerostáticos, para ver amanecer sobre La Almoloya, contando con la proximidad de los barrancos de Gebas y sus badlands, y la propia Sierra Espuña. Durante las excavaciones se han documentado habitaciones destinadas a la molienda y/o almacenaje del cereal, talleres textiles, metalúrgicos… y se han recuperado numerosos recipientes cerámicos, útiles elaborados en piedra, hueso, asta de ciervo y arcilla en un estado de conservación excepcional. Dicha riqueza es fruto de diversos focos de incendio que asolaron el lugar, en diversos momentos, forzando al abandono precipitado de los ámbitos que sellaron, bajo las cenizas y techos colapsados, lo que acontecía en aquellos instantes.

 No obstante, de entre todos los espacios documentados, destaca la denominada "Sala de Audiencias", un ámbito muy amplio, de unos 75 m2, con banquetas que recorren la totalidad del perímetro dispuestas a dos alturas (quizás queriendo marcar una jerarquía) y un gran hogar o fuego emplazado frente a un gran podio cuya funcionalidad aun está en debate. Fue en esta sala, y no por casualidad, donde en 2014 se descubrió, entre otras varias inhumaciones de modesto ajuar, la tumba más rica de la historia de El Argar hasta la fecha. Se trata de una inhumación doble (hombre - mujer) acompañada de una treintena de objetos. Entre ellos, personalmente destacaría dos dilatadores de oro, de él, dos de plata de mayor diámetro y una diadema con apéndice discoidal, también de plata, de ella. Así mismo, llama enormemente la atención una tulipa de pequeño tamaño, pero de exquisita factura, cuyo borde y carena están rematados por una fina lámina de plata que demuestra una sorprendente técnica por parte del maestro orfebre, quien consiguió adherir el metal precioso, por martilleado, al delicado recipiente, sin dañarlo. En síntesis, por su entorno, su excelente estado de conservación, la gran extensión intervenida y la excepcionalidad de algunos de sus hallazgos, La Almoloya puede considerarse, a día de hoy, uno de los yacimientos más espectaculares y didácticos del contexto argárico.



4- Quién financió el proyecto?

Las intervenciones en la Almoloya, que científicamente corren a cargo de los integrantes del Proyecto Bastida, de la Universidad Autónoma de Barcelona, han sido cofinanciadas, hasta la fecha entre esta institución y CEFUSA, del Grupo Fuertes. El Ayuntamiento de Pliego también se ha implicado en temas de logística, facilitando el alojamiento y cubriendo parte de la manutención del equipo de excavación. Ahora esperamos que, por parte de la administración, llegue la financiación necesaria para consolidar y musealizar los restos excavados, de modo que pueda garantizarse la preservación de esta fabulosa joya arqueológica, que sin duda es un reclamo turístico de primer orden.







5- ¿Cómo descubriste que querías ser arqueólogo?


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A los seis años me llevaron a Egipto y allí, en el templo de Karnak nació mi vocación.
La pasión por la aventura, el descubrimiento, el arte y el pasado han estado siempre presentes en mi casa. Tuve la gran fortuna de tener unos padres a quienes les enamora viajar y su progenie nunca fue un lastre para ello. Resulta que por aquellas fechas había un equipo de arqueólogos y arqueólogas trabajando en el lugar, franceses creo. En fin, el caso es que, fascinado al verles desenterrar "tesoros ocultos", me aparté del grupo y me fui a contemplar sus quehaceres. Al parecer perdí la noción del tiempo, y mis padres se llegaron a desesperar porque no me encontraban. Cuando el guía, Ahmed, ya estaba a punto de ir a buscar a la policía, me localizaron sentado, junto a uno de los investigadores. Mi madre siempre cuenta que llevaba un disgusto enorme, y que cuando me agarró de la mano para soltarme una reprimenda la miré y, con total naturalidad le dije: ¡mamá, de mayor voy a ser arqueólogo!.


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